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miércoles, 13 de junio de 2012

Transito de Venus frente al Sol, 5 junio 2012.

Mirar el cielo y maravillarse con sus espectáculos es una forma de no perder la capacidad de asombro.

El pasado 5 de junio sucedió algo que no pasara en esta generación de nuevo; el transito del planeta Venus frente al Sol. 


Y somos afortunados por poder mirar este fenomeno, ya que los habitantes de la Tierra que quieran volver a observar directamente el tránsito del planeta Venus por la superficie del Sol tendrán que esperar hasta el 11 de diciembre de 2117.


Venus, en forma de un pequeño disco negro sobre la superficie del Sol, tardo varias horas en cruzar frente a la brillante superficie solar, lo cual también será avistado desde Asia y Oceanía, la parte norte de Sudamérica y Europa.


Este fenómeno natural se produce cuando el Sol, Venus y la Tierra se encuentran alineados y el segundo planeta del Sistema Solar pasa por uno de sus nodos. Es el equivalente a un “eclipse de Sol por Venus”, lo cual sólo puede ocurrir en los meses de junio y diciembre.


Para la observación de este fenómeno, que ocurre en ciclos dobles cada 105.5 o 121.5 años por lo que el próximo será en el año 2117, es necesario utilizar protección adecuada.

Mirar el Sol de forma directa es muy peligroso.


En Mexico en tres lugares del noroeste del país fueron elegidos para su observación: Torreón, en Coahuila; Los Cabos, en Baja California Sur, y el Observatorio Nacional de San Pedro Mártir, en Baja California, que es donde se vio con mayor claridad el fenómeno y tuvo una duración de seis horas 40 con minutos.

En la antigüedad, diversas culturas como las culturas india, griega, egipcia, babilónica, maya y china, observaron a Venus y registraron su movimiento. 


Los primeros griegos pensaban que las apariciones de Venus matutinas y vespertinas constituían diferentes objetos  y se atribuye a Pitágoras el señalamiento de que consistían del mismo planeta.


Venus fue muy importante para varias civilizaciones precolombinas, en particular para la civilización maya, quienes lo llamaron Noh Ek(gran estrella), Sastal Ek ("estrella brillante") identificándolo con alguna forma del Dios Kukulkan.


En el códice Dresden, los mayas describieron el ciclo completo de Venus; sin embargo, a pesar de su conocimiento preciso de este movimiento, no existe mención alguna de un tránsito.

Johannes Kepler (1571-1630) calculó las distintas posiciones de Venus a lo largo del tiempo y predijo que cada 130 años tendrían lugar tránsitos de Venus, los dos primeros en 1631 y 1761. El tránsito de 1631 no se observó, ya que prácticamente en toda Europa tuvo lugar después de la puesta del Sol.


Jeremiah Horrocks (1617-1641), un clérigo inglés que había estudiado astronomia y matematicas en Cambridge, recalculó la trayectoria de Venus y descubrió que habría un tránsito el 4 de diciembre de 1639. Estaba convencido de que los datos de Philip Van Lansberg no eran correctos, considerando que Kepler predijo que no se presentaría un tránsito de Venus en 1639. Horrocks creía que el tránsito sí se presentaría, considerando las observaciones que él mismo había hecho de Venus durante años.


El día del tránsito fue domingo, según el calendaria gregoriano, y en su pueblo, Hoole, Horrocks pudo observar el tránsito y deducir de sus observaciones un valor de 14 segundos para la paralaje solar.

Una maravilla, aunque esencialmente es un eclipse, lo interesante es que ocurre cada cientos de años.

Algunas imagenes podrian tener CopyRigth ya que fueron tomadas de Google.



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