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domingo, 23 de agosto de 2015

Posibilidad de Vida Extraterrestre

“Tú dijiste en tu corazón : El cielo escalaré, por encima de las estrellas más altas elevaré mi trono y me sentaré en la montaña del encuentro, en los confines del septentrión; escalaré las alturas de las nubes”...
Isaías 14,13

A propósito de las noticias que se presentaron hace años respecto a unos cables de Wikileaks acerca de la presencia de naves extraterrestres en el Sistema Solar (las cuales no se ha podido verificar que sean reales), me parece conveniente tocar el tema de la vida extraterrestre.


Dado que vivimos en un mundo, que no es más que uno en una inmensidad de mundos, ¿acaso es ridículo pensar en la posibilidad de vida fuera de la Tierra?



La teorías certeras de Charles Darwin sobre la selección natural han mostrado que no hay caminos evolucionarios que partan sin fallar desde las formas mas simples hasta el hombre; la evolución procede mas bien de por intentos y comienzos caprichosos, y la mayor parte de las formas de vida terminan en puntos muertos evolucionarios.


Somos producto de una serie de accidentes biológicos.


Mirando desde la perspectiva cósmica, no hay motivos para pensar que seamos los primeros, ni los últimos, ni los mejores.

Desde los tiempos más remotos, los seres humanos nos hemos preguntado sobre el lugar que ocupamos en el universo, aunque al día de hoy no hayamos podido llegar a una conclusión certera sobre nuestra relación con el pavoroso e inmenso Cosmos.


Aristóteles pensaba que el cielo estaba formado por un material diferente al de la Tierra. Nada más falso: hoy sabemos que los meteoritos, las muestras traídas de la luna por los astronautas norteamericanos, el viento solar y los rayos cósmicos generados posiblemente por estrellas que han hecho explosión, muestran inequívocamente la presencia de átomos iguales a los conocemos en la tierra.


Los átomos de elementos tales como el carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno flotan en el espacio interestelar hasta que se produce una condensación gravitatoria local y se forma un nuevo Sol junto con planetas nuevos.


Nuestro Sol es una estrella de segunda generación. El material de roca y metálico sobre el cual ponemos los pies, el hierro de nuestra sangre, el calcio de nuestros dientes y el carbono de nuestros genes fueron producidos hace millones de años en el interior de una gigantesca estrella roja: estamos hechos de sustancia estelar.


Hace algunos siglos no era común la idea de que los planetas estuviesen poblados por seres inteligentes: lo que se creía era que los planetas eran seres inteligentes. Así Marte era el dios de la guerra; Venus, la diosa de la belleza; Júpiter, el rey de los dioses, etc.


En el año 1600 Giordano Bruno fue quemado en la hoguera, entre otras cosas por afirmar y dar a la publicidad la idea herética de que habían otros mundos y otros seres que los habitaban.


Hoy sabemos que los ladrillos que construyen la vida están en la tabla periódica y en las leyes de la física y la química, mismos que rigen el comportamiento de la materia lo mismo en la Tierra que en el resto del universo.


Se han encontrado compuestos orgánicos en los meteoritos y en el espacio interestelar. Se han localizado en pequeñas cantidades de ellos hasta en un medio tan inhóspito como lo es la Luna. Se sospecha que existen componentes orgánicos en Júpiter y en los planetas exteriores del sistema Solar. Ya se han encontrado en Titán, el satélite mayor de Saturno.





Además tanto la teoría como la observación indican que en lugar de ser un fenómeno raro, los planetas constituyen una escolta común de las estrellas, a diferencia de lo que solía creerse en las primeras décadas del siglo 20.


Hoy tenemos también que el futuro de la astronomía da importancia singular a la exploración y búsqueda de inteligencia extraterrestre.

En algún lugar quizá puedan existir biologías y sociedades muy exóticas, pero pueden estar mas allá de la comprensión humana.


Mientras tanto, el asunto de las naves extraterrestres es complejo y su avistamiento depende notablemente de la autoridad o confianza que nos puedan inspirar los testigos. Por lo tanto hay que mantener una mente abierta pero escéptica.


Vivimos en una época extraordinaria. Nuestra comprensión de este inmenso universo que nos acoge como grano de arena dentro de un oceano cósmico está cambiando continuamente, y es la ciencia la que da pie a pensar en todas las posibilidades.

Sigamos buscando.



Como nota final, es importante señalar que hay un programa oficial llamado SETI que ha venido, sistematicamente, e involucrando de manera directa a la gente con el SETI @ HOME. El ejemplo mas claro de que la posibilidad, esta ahi.

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